Retrato del Papa Inocencio X , Diego Velázquez,
Velázquez, puso un énfasis especial en el retrato del papa Inocencio X (1574-1655), resaltando su expresión adusta, hosca, de mirada severa, ceño fruncido, de expresión insociable, reflejo tan fiel del personaje, que cuando el cuadro fue presentado al propio Inocencio X, le hizo exclamar: “Troppo vero!” (¡Demasiado verdadero!), ya que le mostraba tal cual era, sin embellecimiento alguno), aunque no pudo negar la calidad del mismo. El pontífice obsequió a Velázquez con una medalla y una cadena de oro, que figurarían entre los bienes del pintor cuando éste falleció. Dicho retrato fue calificado por el pintor inglés Joshua Reynolds como el mejor existente en Roma.
Velázquez pintó el óleo de Inocencio X en el verano de 1650, cinco años antes del fallecimiento del papa. El cuadro aparece firmado en el papel que sostiene el papa, donde se lee: “Alla santa di Nro Sigre / Innocencio Xº / Per / Diego de Silva / Velázquez dela Ca / mera di S. Mte Cattca”. El valor del cuadro es la capacidad de Velázquez por penetrar psicológicamente en el personaje para mostrar los aspectos ocultos de su personalidad.
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